Hablamos acerca de lo efímero de la vida, de lo trivial que es la dinámica social en la ciudad conde nos desarrollamos. El placer efímero y más culposo que me proporciona la vida: el cigarro, el alcohol. El placer efímero y de más tormento: la comida. El placer efímero y con más secuelas: el sexo. La lacra de la vida que nos vicia. Cómo llegamos, sin importancia, pero a dónde vamos, me preocupa. Es tan fácil criticar y aun más fácil perderse al reprochar. Es tan fácil caer en el análisis crítico de la sociedad y tan difícil señalarse a sí mismo, tan difícil limpiarse.
¿Cómo puedo estar tan segura de no creer en que algo nos controla?
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